El desarrollo y lanzamiento de un nuevo producto es motivo de celebración. Después de semanas o incluso meses de arduo trabajo, los equipos ven su sueño hecho realidad y la empresa espera obtener un retorno de inversión a largo plazo. A menudo, el lanzamiento para dar a conocer el producto comienza con una gran campaña de marketing 360 a nivel nacional, pero, una vez finalizada, se olvidan de que el producto debe seguir trabajándose para resolver incidencias y evolucionar la primera versión. Creen que el auge del lanzamiento se mantendrá con el tiempo, pero la realidad es otra: el producto sale a la luz, crece su adopción, pero luego, con el pasar de los meses o años, pierde relevancia, comienza a declinar y, por ende, deja de ser usado.
¿Por qué ocurre esto? Cuando un producto se mantiene igual a lo largo de los años, se vuelve estático y pierde la capacidad de sorprender y agregar valor a sus usuarios. Por eso, es crucial mantener el producto vivo (actualizado y en constante evolución), con el fin de prolongar su ciclo de vida y evitar así el declive que experimentan los productos de hardware (donde este efecto es más inevitable), pero que, por suerte, en software es completamente evitable diseñando productos que mejoran con el tiempo.
Y es que, no se trata de construir un producto, hacer campañas de marketing y celebrar su lanzamiento para luego pasar al siguiente y olvidarse del anterior. Lamentablemente no funciona así, y empresas como Instagram, Spotify, Youtube y Tesla lo saben muy bien. ¿Por qué? Porque han logrado mantenerse relevantes y en el foco a lo largo de los años (y nadie tiene dudas al respecto). ¿Cómo lo logran? Preservando la vitalidad de sus productos, los cuales cuentan con equipos dedicados con Product Owners y KPIs alineados al constante éxito del mismo. Además de resolver un problema o necesidad real, por supuesto.
Pero, ¿qué significa tener un producto vivo?
Podríamos seguir, pero estas son las características más significativas y esenciales de un producto vivo, evolutivo y perfectible. En esencia, debe generar valor de forma constante, de lo contrario, terminará en el olvido. Esto pasa a ser una necesidad real y demanda por los usuarios, y lo podemos corroborar con una anécdota de nuestro CEO, Mijael Feldman, quien desde hace un tiempo decidió desactivar la opción de actualización automática de aplicaciones en su teléfono. No, no por old school, todo lo contrario. Más bien, porque su afán de entrar al App Store y ver a detalle qué nuevas funcionalidades o actualizaciones ofrecen sus apps favoritas. Y lo entendemos, no sé si a ustedes les pasa, pero nada más decepcionante que ver una nueva versión solo porque resuelve bugs.
Bueno, pero no queremos parecer fanáticos de agregar, agregar y agregar, porque no es así. Muchas veces una mejora es quitar lo que no genera valor y entregar una experiencia limpia y elegante. Simplificar y reducir es también es mejorar y, muchas veces, menos es más, y esto nos lleva a un punto importante: no existe una sola manera de hacer las cosas. ¡Good news!
Mejorar tu producto puede verse de varias formas:
Lo sabemos no es fácil, mantener un producto vivo implica grandes desafíos, recursos y tiempo. Significa destinar equipos, células o squads a la evolución del producto, elaborar un flujo de actualizaciones constantes para hacer más sencillas las pases a producción y último, pero no menos importante, crear un proceso de medición y recepción de feedback de usuarios ágiles para escuchar y medir constantemente, y así poder diseñar las futuras mejoras de tu producto.
Hay que recordar que la innovación es un factor importante en la decisión de compra de los consumidores. A las personas les gusta utilizar productos que evolucionan y entregan nuevas funcionalidades cada cierto tiempo. De hecho, el 63% de los consumidores espera que las marcas innoven en sus productos y servicios, según una encuesta realizada por Nielsen.
Y ese es el verdadero significado de ser una empresa de servicios financieros digitales: entender que el software debe mejorar con el tiempo (y el uso), que la experiencia de usuario es esencial para la retención, y que el time to market es imperativo para mantenerse en el top of mind de tus clientes, sorprenderlos y evitar la migración. Todo esto, en un mercado competitivo y saturado como el que estamos viviendo, se convierte en un must.
¿Con ganas de más? Agenda una demo gratuita con nosotros para que te enseñemos lo fácil y rápido que es integrar productos vivos en tus canales digitales. Tal como lo hemos hecho con algunos de nuestros clientes: Santander y Coopeuch.