Apple Pay, nivelando el piso para ser la tarjeta top of wallet

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Banca digital Customer engagement

Hoy en día, todos los emisores de tarjetas —desde bancos tradicionales hasta fintechs emergentes— compiten por lo mismo: que las personas utilicen su tarjeta para pagar. Para lograrlo, ofrecen cuentas digitales, tarjetas físicas, recompensas, promociones y experiencias diseñadas para captar la atención del usuario.

Pero hay un desafío que persiste:
¿Cómo asegurarse de que el usuario elija su tarjeta en el momento de pagar?

Apple (y Google Pay), como ya es costumbre, aplica su enfoque centrado en el comportamiento humano para resolverlo. Al agregar una tarjeta a Apple Wallet, el sistema muestra una pantalla clave:

“¿Usar como tarjeta predeterminada?”

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Este pequeño gesto activa una funcionalidad estratégica: Top of Wallet, que determina qué tarjeta se usará automáticamente en los pagos con Apple Pay.
Y lo más poderoso: solo necesita una acción del usuario para convertirse en su primera opción para pagar.

Apple empareja la cancha

Gracias a esta opción, cualquier tarjeta —sin importar si es emitida por una fintech pequeña o un banco multinacional— puede convertirse en la principal del cliente desde el primer uso.
La competencia se empareja, y lo que antes era una ventaja estructural para los grandes jugadores se vuelve una cuestión de integración tecnológica.

Esto cambia el juego para todos los emisores: ya no se trata solo de ofrecer un buen producto, sino de estar presente en el lugar correcto y en el momento exacto.

El costo de estar (o no estar)

Conectar una tarjeta a Apple Pay tiene costos: implementación, certificaciones, soporte técnico. Pero también tiene un retorno potencial muy alto: aumentar significativamente la probabilidad de que esa tarjeta sea usada.

No tener esta funcionalidad puede dejar a un emisor fuera de la competencia, incluso si su propuesta de valor es sólida. Porque en la economía de la atención, la tarjeta predeterminada suele ser la ganadora. El beneficio no es solo las ganancias por la tasa de intercambio y el negocio directo de medios de pago, sino que es acerca de la generación de data adicional que te permite conocer a tus clientes mejor que el banco de al frente.

La pregunta entonces es clara para cualquier emisor de tarjetas: ¿Cuánto vale ser la opción que el cliente usa sin pensarlo?

¿Cuánto vale retener a ese cliente para que siga usando tu cuenta y tarjetas cuando todos los emisores tengan habilitado Apple y Google Pay?

 

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